Victor G
2005-10-23 16:40:37 UTC
No soy independentista (aunque no me causa el menor temor la idea de una
Catalunya independiente). Me sentía como tal en la segunda legislatura del
PP, la de la mayoría absoluta, aunque no haya nada de especial en ello. Era
notable el número de gente no nacionalista que en aquellos años sentía un
irrefrenable deseo de no tener nada que ver con la España oficial. Soy
profundamente respetuoso con los derechos humanos, incluyendo entre ellos,
obviamente, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a profesar
cualquier ideología que no atente a su vez contra los derechos humanos
ajenos. Y quizás respeto con especial profundidad esos derechos,
probablemente por encima de mucha gente más joven que yo, precisamente por
haber vivido con cierto uso de razón el régimen del dictador sanguinario
ahora enterrado en un mausoleo cercano a San Lorenzo del Escorial, mausoleo
construido sobre las costillas y sobre la vida de muchos prisioneros hechos
esclavos del régimen construido como consecuencia de un golpe de estado
contra un Gobierno legalmente constituido, y la guerra posterior, ganada
militarmente por los golpistas, con el apoyo exterior de las dictaduras
nacionalsocialista y fascista.
Creo en la libertad ideológica sin ninguna restricción, y al mismo tiempo
deploro que alguien sea patrono de la llamada fundación nacional francisco
franco. Y no hay ninguna incoherencia en ello. El apoyo explícito y
militante a un asesino de masas no es una ideología, y por ello no merece
ningún respeto de un demócrata. Mi firma de los últimos días reza:
"Tolerancia cero con los intolerantes". Aquél que se declara y actúa como
defensor de la causa de quien promovió un golpe de estado contra un
gobierno legal, ejecutó sin piedad a miles de personas por el simple hecho
de tener una opinión diferente a la suya, incluido el presidente de la
Generalitat democráticamente elegido, mantuvo un régimen dictatorial
durante décadas, prohibió la constitución de partidos políticos, persiguió
el uso de las lenguas diferentes al castellano; en definitiva, impuso un
régimen de terror y represión que además sumió al estado en un retraso
histórico con respecto a los demás países de Europa Occidental, no merece
ser tratado con ninguna tolerancia.
Aceptaría que una persona del perfil enunciado pudiera ser empleado, en este
caso, del Club del cual soy socio, y que desde ese puesto, hubiera prestado
los, aparentemente, buenos servicios que se le atribuyen. Pero hablamos de
un puesto directivo, y con el cual, una cualidad representativa que no
tiene un empleado, por muy de alto rango que sea. Por otro lado, tampoco me
parece que haya nadie imprescindible, y no deja de causarme cierta
preocupación que, treinta años después de la muerte del dictador, las
estructuras ministeriales sean tales que alguien del perfil de Echevarría,
pueda tener todavía influencia en la tramitación administrativa de
determinados expedientes. Aunque este es otro tema, claro.
Lo que no deja de causarme perplejidad, es la diferencia de trato entre
distintas situaciones que no son tan distintas. Toda la buena sociedad
estatal se está alineando del lado de Echevarría en el inventado
contencioso con el Barça (no existe tal contencioso; de hecho el presidente
y buena parte de la junta directiva querían mantenerlo en su cargo). Si una
persona perteneciente a alguna organización cuya función con respecto al
nazismo fuera comparable a la de la fnff con respecto al franquismo,
hubiera estado en la junta directiva de algún club alemán, muy poca gente
habría cuestionado la crítica de la sociedad civil con respecto al sujeto
en cuestión, y menos aún hubiera calificado dicha crítica como "caza de
brujas", "inquisición" o epítetos semejantes. Y por poner un ejemplo más
cercano, y tomando al vuelo lo enunciado por JMorillo en su magnífico
mensaje, alguien que defendiera a un hipotético directivo de club vasco,
con cargo destacado en la ilegalizada Batasuna (a la que deploro como el
que más, quede claro), habría gozado de la presunción de respetabilidad que
exhiben los ahora defensores de Echevarría? Esta es otra cuestión: lo que
sucede cuando se promulgan leyes a medida con un objetivo meramente
coyuntural, son cosas como que Batasuna es ilegalizada, y en cambio todo el
entramado franquista, incluida la fnff, continúa en la más estricta
legalidad. Posible consecuencia de una transición incompleta.
Otra cuestión aparte sería la explícita mentira de Echevarría con respecto a
su filiación (acaso se avergüenza de su pertenencia a la fnff?), que
condujo -o no- a la incorrecta afirmación de Laporta en la ya famosa
Asamblea de Compromisarios en la que negó la pertenencia anterior, presente
y futura del tal cuñado a la citada fundación, y mucho menos su pertenencia
como patrono. Eso sólo ya es motivo de cese de Echevarría en la junta
directiva de una entidad civil cuyo funcionamiento ha de ser
inequívocamente democrático.
Por estas, y por otras razones que no es preciso enumerar por no llevar al
aburrimiento a quien se haya atrevido a llegar hasta aquí, Alejandro
Echevarría -y la gente de su condición-, y siempre según mi opinión, no
debe ser directivo del Futbol Club Barcelona.
Catalunya independiente). Me sentía como tal en la segunda legislatura del
PP, la de la mayoría absoluta, aunque no haya nada de especial en ello. Era
notable el número de gente no nacionalista que en aquellos años sentía un
irrefrenable deseo de no tener nada que ver con la España oficial. Soy
profundamente respetuoso con los derechos humanos, incluyendo entre ellos,
obviamente, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a profesar
cualquier ideología que no atente a su vez contra los derechos humanos
ajenos. Y quizás respeto con especial profundidad esos derechos,
probablemente por encima de mucha gente más joven que yo, precisamente por
haber vivido con cierto uso de razón el régimen del dictador sanguinario
ahora enterrado en un mausoleo cercano a San Lorenzo del Escorial, mausoleo
construido sobre las costillas y sobre la vida de muchos prisioneros hechos
esclavos del régimen construido como consecuencia de un golpe de estado
contra un Gobierno legalmente constituido, y la guerra posterior, ganada
militarmente por los golpistas, con el apoyo exterior de las dictaduras
nacionalsocialista y fascista.
Creo en la libertad ideológica sin ninguna restricción, y al mismo tiempo
deploro que alguien sea patrono de la llamada fundación nacional francisco
franco. Y no hay ninguna incoherencia en ello. El apoyo explícito y
militante a un asesino de masas no es una ideología, y por ello no merece
ningún respeto de un demócrata. Mi firma de los últimos días reza:
"Tolerancia cero con los intolerantes". Aquél que se declara y actúa como
defensor de la causa de quien promovió un golpe de estado contra un
gobierno legal, ejecutó sin piedad a miles de personas por el simple hecho
de tener una opinión diferente a la suya, incluido el presidente de la
Generalitat democráticamente elegido, mantuvo un régimen dictatorial
durante décadas, prohibió la constitución de partidos políticos, persiguió
el uso de las lenguas diferentes al castellano; en definitiva, impuso un
régimen de terror y represión que además sumió al estado en un retraso
histórico con respecto a los demás países de Europa Occidental, no merece
ser tratado con ninguna tolerancia.
Aceptaría que una persona del perfil enunciado pudiera ser empleado, en este
caso, del Club del cual soy socio, y que desde ese puesto, hubiera prestado
los, aparentemente, buenos servicios que se le atribuyen. Pero hablamos de
un puesto directivo, y con el cual, una cualidad representativa que no
tiene un empleado, por muy de alto rango que sea. Por otro lado, tampoco me
parece que haya nadie imprescindible, y no deja de causarme cierta
preocupación que, treinta años después de la muerte del dictador, las
estructuras ministeriales sean tales que alguien del perfil de Echevarría,
pueda tener todavía influencia en la tramitación administrativa de
determinados expedientes. Aunque este es otro tema, claro.
Lo que no deja de causarme perplejidad, es la diferencia de trato entre
distintas situaciones que no son tan distintas. Toda la buena sociedad
estatal se está alineando del lado de Echevarría en el inventado
contencioso con el Barça (no existe tal contencioso; de hecho el presidente
y buena parte de la junta directiva querían mantenerlo en su cargo). Si una
persona perteneciente a alguna organización cuya función con respecto al
nazismo fuera comparable a la de la fnff con respecto al franquismo,
hubiera estado en la junta directiva de algún club alemán, muy poca gente
habría cuestionado la crítica de la sociedad civil con respecto al sujeto
en cuestión, y menos aún hubiera calificado dicha crítica como "caza de
brujas", "inquisición" o epítetos semejantes. Y por poner un ejemplo más
cercano, y tomando al vuelo lo enunciado por JMorillo en su magnífico
mensaje, alguien que defendiera a un hipotético directivo de club vasco,
con cargo destacado en la ilegalizada Batasuna (a la que deploro como el
que más, quede claro), habría gozado de la presunción de respetabilidad que
exhiben los ahora defensores de Echevarría? Esta es otra cuestión: lo que
sucede cuando se promulgan leyes a medida con un objetivo meramente
coyuntural, son cosas como que Batasuna es ilegalizada, y en cambio todo el
entramado franquista, incluida la fnff, continúa en la más estricta
legalidad. Posible consecuencia de una transición incompleta.
Otra cuestión aparte sería la explícita mentira de Echevarría con respecto a
su filiación (acaso se avergüenza de su pertenencia a la fnff?), que
condujo -o no- a la incorrecta afirmación de Laporta en la ya famosa
Asamblea de Compromisarios en la que negó la pertenencia anterior, presente
y futura del tal cuñado a la citada fundación, y mucho menos su pertenencia
como patrono. Eso sólo ya es motivo de cese de Echevarría en la junta
directiva de una entidad civil cuyo funcionamiento ha de ser
inequívocamente democrático.
Por estas, y por otras razones que no es preciso enumerar por no llevar al
aburrimiento a quien se haya atrevido a llegar hasta aquí, Alejandro
Echevarría -y la gente de su condición-, y siempre según mi opinión, no
debe ser directivo del Futbol Club Barcelona.
--
Saludos,
Victor G, aka Lord Mountgatten
Tolerancia cero con los intolerantes.
Saludos,
Victor G, aka Lord Mountgatten
Tolerancia cero con los intolerantes.