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The Pompoliad (or To There and Back)
Atracamos esa manana en el muelle de la Habana. La tropa mas o menos
daba el gatazo de soldados con los uniformes de las guerras
decimononicas que don Antonio habia conseguido robandoselos de los
estudios de la Universal. Don Antonio se habia vestido de acuerdo a
la ocasion, con su uniforme de general de division con charreteras de
oro, bicornio con plumas de aveztruz, pantalon ajustado estilo
insurgente, y botas federicas. El cabron definitivamente estaba en su
elemento. En la ausencia del sargento Washington, don Antonio tenia
que darle las ordenes a la tropa y como estos casi ni hablaban espanol
lo hacia a sombrerazos y dando mentadas de madre. Segun me conto
despues, esto era comun en el ejercito mexicano en sus tiempos pues
por lo general los indios de leva no hablaban cristiano. Como
chingaos no se robaron los gringos todo Mexico en el 19 creo que fue
un milagro de la virgen de guadalupe.
El colombiano portaba un fino traje de Saville Row con un relojote
Rolex y un diamantote de pisacorbatas aunque trataba de no atraer la
atencion, cosa creo yo inutil. Yo decidi por la sobriedad republicana
y me vesti muy veracruzano, con guayabera, pantalon y zapatos blancos,
sombrero de empanada, y gafas obscuras al estilo del Matrix. Vamos,
ni Echeverria se hubiera vista tan mono. El shaman don Julian salio a
cubierta vestido al estilo puro del totonacapan, camisa y calzon
blanco, sombrero de empanada y descalzo. Lo que me sorprendio fue ver
a la "Jennifer", o sea el sargento Washington vestido de mujer para
que no lo identificaran los cubanos, agarrada al brazo del vejete.
Los dos se veian con ojos de borrego a medio dormir y supe de
inmediato que el negro habia hecho la prueba del anejo y el vejete
habia agarrado gusto por el chocolate. En fin, necesitaba la ayuda de
ambos asi que decidi ignorar sus cochinadas, ahi dios que los juzgue.
La tropa bajo con buen orden al muelle y formo filas mientras don
Antonio se paseaba frente a ellos como leon enjaulado dando mentadas
de madre.
"Puta madre, don Pomponio, cuando yo era gobernador de Yucatan, en
tiempos de Chente Guerrero iba a fletar un buque para invadir Cuba que
estaba entonces en manos de los gachupines. Que le parece si
liberamos la isla ya que estamos aqui?"
El colombiano me dio una mirada de advertencia.
"Pos mas vale que no haya ahora bronca, don Antonio, mire que nos
tienen encanonados con AK47 y con esos fusiles de museo que tenemos
nos joderian."
En efecto habia soldados cubanos en todo el muelle viendonos con
recelo. En eso se abrieron sus filas y llego un jeep donde la figura
familiar del comandante Castro se veia.
"Chico, que que cosa e eto?" dijo el barbon.
Don Antonio se cuadro y saludo. "Antonio Lopez de Santa Anna, General
de Division, al mando de la fuerza expedicionaria de la operacion
Gachupin Freedom. Nos dirigimos rumbo a Espana a liberarla del
gobierno tiranico de Aznar y civilizarlos."
El barbon vio la bandera tricolor de la tropa. "Son de Mexico?"
"Comandante, soy Pomponio Magnus, jefe politico de esta expedicion.
Si, en efecto venimos desde Veracruz (con esta facha de donde mas cree
que puedo salir) pero le aseguro que no somos Foxistas."
"Mas les vale, chico. Y van rumbo a Espana, a joder a Aznar?"
"En efecto, y a vengar a toda la america por lo del doce de octubre,
ensenarles a hablar correctamente, banarse, etc. Tuvimos que hacer
escala tecnica aqui en Cuba por una averia en las maquinas."
"Bien! Yo les tengo tirria a los europeos porque ahora me echan en
cara el fusilar a los enemigos de la revolucion. Son bienvenidos,
chico, yo mismo sali de Tuxpan con el Granma y mirenme ahora! Los
declaro huespedes de honor de la revolucion!"
El banquete esa noche fue a toda madre. Hubo chupe y comida para
aventar para arriba, cosa que estoy seguro el infeliz pueblo cubano
envidiaria, pero que chingaos, lo disfrutamos. El comandante Castro
hizo que las rumberas del Copacabana nos bailaran y luego iban a estar
a nuestra disposicion. El problema fue cuando el comandante inicio su
discurso. El cabron empezo con su salida de Tuxpan en el Granma y
cito a Carlos Marx, todos los libros de la Biblia, el Decameron, Los
Miserables y la Guerra y la Paz. El caso es que ya casi amanecia
cuando acabo. Hicimos heroicidades para mantenernos despiertos y le
aplaudimos por supuesto. Ya para despedirnos, Castro nos saludaba.
Al ver a la "Jennifer" se quedo mudo. El sargento Washington, debo
aclarar, mide como siete pies. Su "marido", el shaman don Julian
apenas le llegaba al hombro.
"Chico, en mi vida e visto mujer ma guapa! No te conozco, morena,
como te llamas?"
"Es dona Jennifer, la esposa de Don Julian," me apresure a clarificar.
"No habla espanol comandante, es de Mississippi."
"Yo juro que la conozco! Morena, me has robado el corazon!"
El sargento estaba palido, cosa singular, sabra dios que cosa habia
hecho al servicio de la CIA y Castro probablemente lo iba a reconocer
en cualquier momento.
"Tese sosiego," dijo don Julian celoso y poniendo la mano en el
machete.
"Don Pomponio..." me murmuro el colombiano.
"Comandante, estoy seguro que al termino de nuestra expedicion dona
Jennifer accedera a visitar la bella isla, acompanada de su marido,
por supuesto."
"Promesas! Promesas! No voy a vivir hasta volverla a ver! Chico!
Lo he decidido! No quiero que algo malo le pase a esta morena. Les
voy a dar 100 de mis hombres para que los apoyen. Son soldados
veteranos de Angola y sabran batirse para liberar a Espana! A ver,
Torres, vete a donde ya sabes y mandalos al muelle!"
Fue asi que partimos al dia siguiente con 100 soldados cubanos
acampados en una cubierta. Washington, sin embargo, se acerco a mi
luego que habiamos salido de la Habana. Ya portaba su uniforme normal
de green beret.
"I don't like it, Mr. Pomponio, having these Cubans onboard."
"Son refuerzos, los necesitaremos. Ademas de que nos da mas prestigio
de fuerza multinacional."
"That's not my point. I have seen them. They are not soldiers. And
I think I know some of these sons of a bitch. They are a bunch of
criminals! I will keep an eye on them, just in case."
"Relax, sargent, chill out."
Esa noche me despertaron unos gritos. Don Antonio entro en mi
camarote en bata de dormir y gritando.
"Traicion! Nos volvieron a agarrar dormidos! Puta madre!"
"Calmese don Antonio, que pasa?"
"Los cubanos, son puros marielistas!" dijo el colombiano tambien
entrando en panos menores. "Se han apoderado del puente y cambiaron
el rumbo del barco. Nos dirigimos a Miami!"
"Puta madre, don Antonio, que no tenia guardias en el puente?"
"Pos si, pero igual tenia yo en San Jacinto. Siempre nos agarran
dormidos los hijos de puta."
"Y ahora, que hacemos? Donde esta Washington? El tenia razon y yo lo
tilde a loco!"
"Este buque no puede ir a Miami!" exclamo el colombiano. "Abordo hay
seis meses de produccion de coca y no nos hemos arreglado todavia con
la DEA! Si llegamos a suelo gringo la confiscan! Mas les vale que
tomen otra vez el control del barco si no quieren que el cartel los
busque y les den sus corbatas! Entienden? Usted, cabron general de
opereta, le doy media hora para tomar el puente con esa indiada."
"Y si no que, cabron?"
"Plaquese don Antonio, por favor!"
"Miren!" El colombiano apunto al horizonte. En sus manos tenia un
celular. La noche era clara y se veia una nave ahi. "Es del cartel.
Tienen exocets a bordo. Si no les confirmo en media hora que el buque
es nuestro van a hundirlo. Esta claro?"
(continuara)