CONEXI=D3N VENEZOLANA Y
El narcosantuario de la Farc han encontrado gran apoyo =A0
La guerrilla colombiana de las FARC ha encontrado su santuario en la
Venezuela de Hugo Ch=E1vez. Cuatro desertores y varias fuentes de los
servicios de inteligencia y diplom=E1ticos detallan a EL PA=CDS la
extensa y sistem=E1tica cooperaci=F3n que determinadas autoridades
venezolanas brindan a las FARC en sus operaciones de narcotr=E1fico.
Guerrilleros de las FARC- AP
Fotograf=EDa: Munici=F3n confiscada a la guerrilla de las FARC
Seg=FAn los desertores, las autoridades venezolanas dan protecci=F3n al
menos a
cuatro campamentos de la guerrilla colombiana Fuentes de inteligencia
afirman que tienen informaci=F3n "s=F3lida" de que Ingrid Betancourt
est=E1 en Venezuela
Marcelo, desertor de las FARC: "La Guardia Nacional y el Ej=E9rcito
ofrecen sus servicios a cambio de dinero" Algunos desertan de la
guerrilla colombiana porque se sienten traicionados por sus jefes,
hundidos ante la percepci=F3n de que el capitalismo salvaje del
narcotr=E1fico ha suplantado el altruismo socialista que les impuls=F3 a
tomar las armas. Otros se van porque sienten necesidad de volver a la
vida familiar. Y otros porque, de repente, se convencen de que, si no
huyen, morir=E1n, como es el caso de Rafael, que desert=F3 en septiembre
tras a=F1o y medio operando en una de las bases de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) dentro de territorio venezolano.
La l=F3gica de Rafael es, a primera vista, perversa. Por un lado porque,
como guerrillero desertor, que ha regresado a Colombia, sabe que
vivir=E1 el resto de sus d=EDas bajo la amenaza permanente de que sus ex
compa=F1eros lo asesinen; por otro, porque la l=F3gica dice que para las
FARC la vecina Venezuela es un refugio seguro. Las FARC comparten la
ideolog=EDa bolivariana del presidente Hugo Ch=E1vez, y el Ej=E9rcito
colombiano no se arriesgar=EDa a violar la ley internacional y cruzar la
frontera.
"Todo eso es verdad", explic=F3 Rafael. "El Ej=E9rcito colombiano no
cruza la frontera, y la guerrilla tiene un pacto de no agresi=F3n con
los militares venezolanos. El Gobierno venezolano deja a las FARC operar
libremente porque comparten el mismo pensamiento bolivariano, y
tambi=E9n porque las FARC pagan sobornos a su gente". Entonces, =BFde
qu=E9 ha huido?
"De una peligrosidad mucho mayor a la que me enfrento ahora: de los
combates casi diarios dentro de Venezuela con los elenos [la guerrilla
del ELN]".
Pero =BFno comparte el Ej=E9rcito de Liberaci=F3n Nacional los
principios marxistas que llevaron a ambas organizaciones a la guerra
hace 40 a=F1os? "Puede ser", responde Rafael, "pero esto no tiene nada
que ver con pol=EDtica. La lucha con el ELN es por las rutas del
tr=E1fico de coca=EDna. Hay much=EDsimo dinero en juego en esa zona
fronteriza donde la droga entra desde Colombia. Porque la l=EDnea m=E1s
segura para llevar droga a Europa es por Venezuela". EL PA=CDS ha
hablado con Rafael, que milit=F3 como guerrillero diez a=F1os, de los
que tres estuvo en la c=E1rcel, y con otros tres desertores de las FARC
que se han entregado al Gobierno colombiano, acogidos por un programa de
reinserci=F3n a la vida civil; tambi=E9n ha tenido acceso directo en
Colombia y a diplom=E1ticos y fuentes de alto nivel de los servicios de
inteligencia y seguridad de varios pa=EDses, individuos cuya peligrosa
misi=F3n (por esto y en algunos casos por motivos pol=EDticos,
insistieron en el anonimato antes de hablar con EL PA=CDS) consiste en
combatir el terrorismo y el narcotr=E1fico internacional. Ambos
objetivos confluyen en las FARC, m=E1s potente que cualquier cartel en
el mercado global de la coca=EDna y calificada por la UE y EE UU como
"organizaci=F3n terrorista". Lo que aseguran un diplom=E1tico europeo y
diversas fuentes oficiales a las que ha tenido acceso EL PA=CDS es que
existe complicidad y compenetraci=F3n de elementos importantes del
Estado que preside Hugo Ch=E1vez en las actividades mafiosas y militares
de la organizaci=F3n guerrillera m=E1s antigua del mundo. La
conclusi=F3n a la que un diplom=E1tico europeo y todas las fuentes
oficiales consultadas han llegado es que la complicidad es activa y
constante a niveles operativos, en las zonas donde se despliega la
actividad militar y narcotraficante; y m=E1s pasiva cuanto m=E1s alta la
esfera del Gobierno venezolano, hasta llegar al presidente Ch=E1vez, al
que ninguna fuente consultada -ni siquiera en el anonimato m=E1s
extremo- acusa de complicidad directa con el gigantesco negocio del
narcotr=E1fico colombiano. Lo que a esos mismos medios les cuesta creer
es que no est=E9 enterado del grado de colusi=F3n que hay entre sus
fuerzas armadas y los altos mandos de las FARC. Tambi=E9n dudan de que
no est=E9 enterado del grado de involucraci=F3n de las FARC en el
tr=E1fico de coca=EDna.
EL PA=CDS, pese a sus numerosos intentos, no logr=F3 obtener -hasta el
cierre la noche del jueves de esta edici=F3n- una reacci=F3n de las
autoridades venezolanas a las declaraciones recogidas en este reportaje.
Se sab=EDa ya que, durante varios a=F1os, las FARC hab=EDan utilizado el
lado venezolano de la frontera colombiana como refugio. Pocos dudan de
que, si no fuera por la coca=EDna -la gasolina que alimenta la guerra
colombiana-, las FARC se habr=EDan extinguido como las dem=E1s
guerrillas latinoamericanas nacidas durante la guerra fr=EDa. Lo nuevo
que revelan los testimonios recogidos por este diario es lo extensa y
sistem=E1tica que es la cooperaci=F3n en Venezuela con la narcoguerrilla
en cuanto al transporte de la droga por aire, tierra y mar; al
suministro de armas, y la protecci=F3n sobre el terreno que reciben de
sectores de las fuerzas armadas; y a la inmunidad legal de facto que les
conceden elementos del Estado.
Se trata de un negocio ilegal gigantesco. Transita por Venezuela el 30%
de las 600 toneladas de coca=EDna que se mueven anualmente por el mundo.
Pr=E1cticamente la totalidad de la droga colombiana que sale por
Venezuela tiene como destino Europa, con Espa=F1a y Portugal como
principales puntos de entrada, y con un valor de mercado en las calles
europeas por encima de los 10.000 millones de euros al a=F1o. La
infraestructura venezolana destinada al flujo de la coca=EDna ha crecido
de manera exponencial, seg=FAn las fuentes de inteligencia entrevistadas
por EL PA=CDS, durante los =FAltimos cinco a=F1os de la presidencia de
Hugo Ch=E1vez, cuya decisi=F3n de expulsar a la agencia antidroga
norteamericana (DEA) de su pa=EDs en 2005 fue celebrada tanto por las
FARC como por sus socios en los carteles de droga convencionales. Como
ha dicho Luis Hernando G=F3mez Bustamante, poderoso capo colombiano de
la droga en manos de la polic=EDa de su pa=EDs desde febrero, "Venezuela
es el templo del narcotr=E1fico". Un diplom=E1tico europeo con muchos
a=F1os de experiencia en Am=E9rica Latina expres=F3 algo parecido de
otra manera. "El pa=EDs bolivariano, socialista, antiimperialista
ejemplar que pretende crear Ch=E1vez est=E1 en v=EDas de convertirse en
un Estado narco, del mismo modo que las FARC se han convertido en
guerrilleros narcos. Ch=E1vez quiz=E1 no lo entienda, pero este
fen=F3meno corroer=E1 a su pa=EDs como un c=E1ncer". En cuanto al
aspecto militar, o "terrorista", de las FARC, lo que los desertores
entrevistados sostienen es que las autoridades venezolanas no s=F3lo dan
protecci=F3n armada al menos a cuatro campamentos guerrilleros fijos en
su pa=EDs, sino que tambi=E9n hacen la vista gorda a programas de
ense=F1anza que operan dentro de los campamentos para la fabricaci=F3n
de bombas. Rafael -alto, fibroso y de aspecto serio, correspondiendo a
la imagen cl=E1sica del guerrillero latinoamericano- cuenta c=F3mo =E9l
mismo fue adiestrado en Venezuela para participar en una serie de
atentados en Bogot=E1, la capital colombiana. La colaboraci=F3n se
extiende supuestamente a la venta de armamento por las Fuerzas Armadas a
las FARC; a proveer a miembros de la guerrilla con c=E9dulas de
identidad venezolanas, usando nombres falsos, y a los l=EDderes de las
FARC con pasaportes para que puedan viajar a Cuba y Europa; y a dejar
que las FARC proporcionen entrenamiento militar a las Fuerzas
Bolivarianas de Liberaci=F3n. Las FBL, conocidas tambi=E9n como los
boliches, son una guerrilla creada por el Gobierno de Ch=E1vez con el
supuesto prop=F3sito de defender la patria en caso de invasi=F3n
norteamericana.
La expresi=F3n internacional m=E1s visible del terrorismo de las FARC ha
sido la pr=E1ctica de secuestrar a individuos con fines econ=F3micos o
pol=EDticos, como es el caso de la ex candidata a la presidencia
colombiana Ingrid Betancourt. Algunas de las fuentes de inteligencia con
las que se entrevist=F3 EL PA=CDS afirman que tienen informaci=F3n
s=F3lida de que las FARC la retienen en territorio venezolano. Rafael,
que dijo que estaba a punto de ser nombrado para un puesto de mando
importante justo antes de desertar, sostuvo que a principios de a=F1o, y
quiz=E1 despu=E9s, Betancourt se encontraba en un pueblo fronterizo
venezolano llamado Elorza, en el Estado de Apure, bajo la custodia de
Germ=E1n Brice=F1o Su=E1rez, alias Grannobles, miembro del estado mayor
de las FARC y jefe del Frente 10, en el que operaba Rafael. La l=F3gica
es que Elorza, donde Grannobles tiene una finca grande y lujosa
protegida, seg=FAn fuentes de inteligencia,por la Guardia Nacional y
conocida por los guerrilleros de las FARC como Rancho Grande, est=E1
alejado del conflicto militar, lo que reduce las posibilidades de que
muriese en un enfrentamiento, lo cual generar=EDa un problema de imagen
grave para las FARC, ya que Betancourt es tambi=E9n ciudadana francesa,
y el presidente Nicolas Sarkozy se ha esforzado para lograr su
liberaci=F3n.
Rafael, elocuente pero no fanfarr=F3n, reconoci=F3 que =E9l mismo no
hab=EDa visto a Betancourt, sino que compa=F1eros guerrilleros se lo
hab=EDan dicho, y no todas las fuentes consultadas por EL PA=CDS
concurr=EDan con la tesis de que ella estaba en Venezuela. En lo que
s=ED hubo unanimidad fue en que Grannobles, cuya extradici=F3n busca
Estados Unidos por narcotr=E1fico y por el asesinato de tres
norteamericanos en 1999 en suelo venezolano, maneja la log=EDstica
narcoguerrillera en Venezuela. Tambi=E9n es enlace para operaciones
conjuntas con capos de los carteles, uno de los cuales Rafael dijo haber
llevado a una reuni=F3n en Rancho Grande.
El contacto de Ch=E1vez con las FARC, afirmaron las fuentes de
inteligencia, se lleva a cabo a trav=E9s de uno de los siete l=EDderes
m=E1ximos de las FARC, Iv=E1n M=E1rquez, que tambi=E9n tiene una finca
en Venezuela y que se comunica con el presidente a trav=E9s de contactos
con los altos mandos de los servicios de inteligencia venezolanos. Como
explic=F3 un desertor de las FARC que hab=EDa ocupado un cargo
propagand=EDstico importante en la organizaci=F3n, "Las FARC comparten
tres principios bolivarianos con Ch=E1vez: la unidad latinoamericana, la
lucha antiimperialista y la soberan=EDa nacional. Las coincidencias
ideol=F3gicas llevan a la convergencia en el plano t=E1ctico". Las
ventajas t=E1cticas que emanan de la solidaridad bolivariana logran,
seg=FAn las fuentes, su m=E1ximo rendimiento en lo relacionado con la
industria multinacional del narcotr=E1fico. Existen diferentes m=E9todos
para enviar la coca=EDna de Colombia a Europa, aunque lo que siempre
tienen en com=FAn es la colaboraci=F3n por omisi=F3n, o comisi=F3n, de
las autoridades venezolanas. La ruta m=E1s directa es la a=E9rea.
Consiste, seg=FAn fuentes de inteligencia, en enviar avionetas desde
pistas en lugares remotos de Colombia a aer=F3dromos venezolanos. Ah=ED
hay dos opciones. O parten las mismas avionetas rumbo a Hait=ED o
Rep=FAblica Dominicana (una fuente dice que los vuelos no autorizados
"sospechosos" se han incrementado de 3 a 15 por semana desde 2006), o la
droga se traspasa a aviones que vuelan directamente a pa=EDses de
=C1frica occidental, como Guinea-Bissau o Ghana, de donde siguen por
v=EDa mar=EDtima a Portugal o Galicia, punto de entrada espa=F1ol del
=E1rea europea de Schengen.
Uno de los guerrilleros desertores entrevistado por EL PA=CDS,
llam=E9mosle Marcelo, narr=F3 el procedimiento para enviar droga en
cantidades peque=F1as a trav=E9s de individuos (mulas) que la
transportan en sus maletas en aviones comerciales. Marcelo desert=F3 en
agosto tras haber estado un a=F1o en un campamento venezolano de las
FARC en La Uvita, Estado de Apure. =C1gil en sus movimientos, menudo y
de mente ordenada, s=F3lo milit=F3 en la guerrilla de las FARC 15 meses,
pero sus jefes le procuraron r=E1pidamente una c=E9dula de identidad
venezolana, con lo cual cruzaba la frontera y transitaba por Venezuela
sin problemas.
"Una vez", recuerda, "fui al aeropuerto de Bogot=E1 a recoger a un
portorrique=F1o y llevarlo a Venezuela. =C9l cruz=F3 la frontera conmigo
despu=E9s de convenir un precio con los guardias venezolanos. Lo llev=E9
en carro particular a Caracas y de ah=ED viaj=F3 a Espa=F1a en avi=F3n
con la droga en la maleta. Lleg=F3 sin problemas. Me lo confirm=F3
Pizarro, un mando nuestro con 120 hombres bajo su cargo, que habl=F3 con
su contacto en Espa=F1a, que se llamaba Dani". Marcelo particip=F3 en
"ocho o nueve" misiones de este tipo a lo largo de 12 meses. "Operar en
Venezuela es lo m=E1s f=E1cil que hay", sostiene. "La guerrilla de las
FARC est=E1 de lleno all=E1, y la Guardia Nacional, el Ej=E9rcito y
otros venezolanos con cargos oficiales les ofrecen sus servicios, a
cambio de dinero. Nunca hay enfrentamientos entre las FARC y la Guardia
o el Ej=E9rcito". Rafael asegura que particip=F3 en varios operativos
cuyo fin era enviar la droga por v=EDa mar=EDtima desde puertos
caribe=F1os. Su rango en las FARC era m=E1s alto que el de Marcelo y
tuvo m=E1s acceso a informaci=F3n confidencial. "Se recibe la
mercanc=EDa en la frontera, transportada en camiones", explica Rafael.
"Cuando llega el veh=EDculo, la Guardia Nacional venezolana ya lo sabe
de antemano, ya est=E1n sobornados para que cruce a Venezuela sin
problemas. A veces nos dan una escolta. Entonces, yo y otros
compa=F1eros nos subimos o al mismo cami=F3n con el ch=F3fer, o en un
carro particular que les acompa=F1a. Hacemos el viaje, de unas 16 horas,
hasta Puerto Cabello, sobre el mar al oeste de Caracas. Ah=ED entra el
cami=F3n en una gran bodega controlada por venezolanos y gente de las
FARC que se encarga de la seguridad. Efectivos de la Armada venezolana
se encargan de los controles de aduanas y de la salida de los barcos.
Ten=EDan conocimiento de lo que estaba pasando y lo facilitaban todo".
Fuentes de inteligencia que analizan las rutas de salida de Puerto
Cabello dijeron que de ah=ED parten embarcaciones peque=F1as hacia
Hait=ED o la Rep=FAblica Dominicana, desde donde se hace el transbordo a
barcos grandes que llevan la droga a Europa, o directamente cruzan el
oc=E9ano a =C1frica o Europa en, por ejemplo, pesqueros. Un caso notable
fue el del pesquero venezolano Zeus X, que fue interceptado por la
Agencia Tributaria espa=F1ola en septiembre, a 1.050 millas de Las
Palmas, con seis venezolanos a bordo y un cargamento de 3.200 kilos de
coca=EDna con precio de venta en Europa estimado en 190 millones de
euros.
Rafael dijo que no s=F3lo acompa=F1aba a los camiones que viajaban entre
la frontera y el mar, sino que una vez permaneci=F3 un mes en Puerto
Cabello, donde se qued=F3 en un hotel, haciendo trabajos de "seguridad".
"Hubo p=E9rdidas de mercanc=EDa y robos. Dimos plomo. Murieron muchos,
por robo o por traici=F3n". Rafael asegura que no tuvo problemas con la
polic=EDa venezolana, y menos cuando hac=EDa sus viajes de vuelta,
cargado de dinero llegado generalmente de Espa=F1a, dijo, a cambio de la
droga. "Llevaba maletas grandes llenas de billetes de 500 euros, y se
las entregaba a un mando de las FARC del Frente 10 en el lado venezolano
de la frontera con Colombia".
El mismo procedimiento lo llev=F3 a cabo utilizando el puerto de
Maracaibo, que seg=FAn las fuentes consultadas por EL PA=CDS es "una
especie de para=EDso" para los narcotraficantes, entre los cuales se
encuentra uno de los capos m=E1s buscados actualmente por las polic=EDas
internacionales, Wilber Varela, conocido tambi=E9n como Jab=F3n. "Se
instalan en magn=EDficas casas, compran fincas grandes y negocios en
quiebra, y se convierten en personajes valiosos para las econom=EDas
locales venezolanas", dijo una fuente policial. "Venezuela es para estos
criminales un seguro de vida". Por eso, cuando la polic=EDa colombiana
preguntan a sus hom=F3logos venezolanos por el paradero de los capos
mafiosos, la respuesta siempre es la misma: "No tenemos nada". Esta
convergencia t=E1ctica entre las Fuerzas Armadas venezolanas y las FARC
se extiende al terreno militar, al extremo de que hoy, seg=FAn una
fuente de inteligencia especialmente bien informada con la que habl=F3
EL PA=CDS, la Guardia Nacional tiene retenes colocados alrededor de los
campamentos guerrilleros. =BFPara qu=E9? "Para darles protecci=F3n, lo
cual indica que hay conocimiento a muy alto nivel militar venezolano de
la estrecha colaboraci=F3n que tienen sus soldados con las FARC". No
siempre han estado tan claras las cosas. Otro desertor de las FARC, de
seud=F3nimo Humberto, record=F3 c=F3mo, en enero de 2004, casi hubo un
grave choque entre el Ej=E9rcito venezolano y la guerrilla colombiana en
una regi=F3n fronteriza llamada La Guajira. Seg=FAn Humberto, que
oper=F3 pol=EDticamente en la clandestinidad para las FARC en una
importante ciudad colombiana durante cinco a=F1os antes de ingresar en
la guerrilla como combatiente en 2005, el incidente ocurri=F3 al margen
de una reuni=F3n pol=EDtica de revolucionarios de varios pa=EDses
latinoamericanos en un campamento de las FARC en Venezuela. All=ED
estaban destacados unos 150 guerrilleros liderados por el embajador de
las FARC en Venezuela, Iv=E1n M=E1rquez. "De repente o=EDmos un
bombardeo a=E9reo cerca del campamento y despu=E9s nos enteramos de que
se acercaba una columna del Ej=E9rcito venezolano", se=F1ala. "La tropa
lleg=F3 al borde del campamento, pero cuando parec=EDa que iba a haber
un choque, los comandantes de ambos bandos empezaron a hablar y acabaron
bebiendo vodka juntos, celebrando el hecho de que los dos estaban al
mando de ej=E9rcitos bolivarianos".
Humberto, un ex universitario que hab=EDa brillado en su juventud por su
fervor revolucionario, desert=F3 en octubre de este a=F1o en gran parte
porque hab=EDa visto c=F3mo ese tipo de escena festiva, lubricada por el
alcohol, hab=EDa llegado a definir el estilo de vida de algunos altos
mandos de las FARC. "Nosotros los guerrilleros de a pie, los milicianos,
sufr=EDamos permanentemente por falta de abastecimiento. Camin=E1bamos
todo el d=EDa y pas=E1bamos hambre. El problema dejaba de ser militar y
se convert=EDa en uno de supervivencia b=E1sica. Pero en lo que no me
dejaba de fijar era en que mientras nosotros sufr=EDamos, los mandos no
s=F3lo com=EDan bien, sino que tambi=E9n beb=EDan whisky y se acostaban
con mujeres hermosas. Fue una enorme decepci=F3n". Rafael no pareci=F3
padecer esos mismos escr=FApulos. La ausencia de valoraci=F3n moral
cuando describi=F3 sus actividades narcotraficantes lo indicaba. Lo
mismo le parec=EDa cumplir con trabajos directamente ligados a su
original vocaci=F3n guerrillera como viajar a Caracas a recoger
armamentos que las FARC compraban de las Fuerzas Armadas venezolanas.
=C9sta es una de las dimensiones t=E1cticas m=E1s sistematizadas de la
cooperaci=F3n entre Venezuela y las FARC. Entre otros casos similares,
Rafael relat=F3 c=F3mo viaj=F3 en coche particular, un Toyota Corolla,
con un capit=E1n de la Guardia Nacional llamado Pedro Mendoza, a una
base militar grande en las afueras de Caracas llamada Fuerte Tiuna.
Entr=F3 en la base con el capit=E1n, que le entreg=F3 ocho fusiles.
Volvieron a la frontera con los fusiles en el maletero del coche.
Seg=FAn Rafael, elementos de la Guardia Nacional tambi=E9n suministraron
a las FARC granadas, lanzagranadas y material explosivo de base
petrol=EDfera C-4 usado para fabricar bombas. Una fuente de inteligencia
confirm=F3 que estos peque=F1os movimientos de armas ocurr=EDan a gran
escala. "Lo que ocurre es que la droga va de Colombia a Venezuela, y las
armas vienen de Venezuela a Colombia. No son cargamentos grandes, sino
que hay un flujo peque=F1o pero constante: 5.000 cartuchos, seis
fusiles... Es muy dif=EDcil de detectar porque hay muchas peque=F1as
redecitas, muy bien coordinadas por especialistas de las FARC".
Rafael operaba directamente con estos especialistas, tanto en el
tr=E1fico de armas como en el de coca=EDna, hasta que tom=F3 la
decisi=F3n de cambiar de vida. La convicci=F3n de que su suerte se iba a
acabar lleg=F3 en agosto de este a=F1o. "En junio y julio hab=EDa
recibido cursos en la fabricaci=F3n de explosivos, junto con efectivos
de las milicias de Ch=E1vez, de los boliches del FBL. Aprendimos, ah=ED
en un campamento dentro de Venezuela, c=F3mo armar diferentes tipos de
minas quiebrapatas y cazabobos, y a armar bombas con C-4 recibido de la
Guardia Nacional. Tambi=E9n nos ense=F1aron a detonar bombas de manera
controlada usando tel=E9fonos celulares". Le estaban preparando, dijo,
para una misi=F3n en Bogot=E1. "Nos dieron fotos de los objetivos.
=CDbamos a operar junto a dos grupos de las FARC destacados en la
capital. =CDbamos a poner bombas. Cuando se acercaba la fecha empec=E9 a
reflexionar que ya no pod=EDa seguir as=ED. Primero, por el peligro de
los choques con los elenos, y ahora, la posibilidad real de que me
detuvieran -y ya pas=E9 varios a=F1os en la c=E1rcel por mi actividad en
las FARC- o me mataran las fuerzas de seguridad en Bogot=E1. A finales
de agosto me escap=E9, y en septiembre me entregu=E9". Un diplom=E1tico
europeo que conoce bien la situaci=F3n general del narcotr=E1fico y la
guerrilla en Colombia, y que ha o=EDdo el testimonio de Rafael, hizo una
comparaci=F3n entre las actividades de las FARC en Venezuela y una
hipot=E9tica actividad similar de ETA en un pa=EDs vecino de Espa=F1a.
"Imaginemos que ETA tuviera una escuela de fabricaci=F3n de bombas en
Portugal dentro de campamentos protegidos por la polic=EDa portuguesa, y
que planeara detonar esas bombas en Madrid. Imaginemos que las
autoridades portuguesas dotaran de armamentos a ETA, a cambio de dinero
obtenido a trav=E9s del tr=E1fico de drogas, en el que las autoridades
portuguesas tambi=E9n colusionaran. Ser=EDa un esc=E1ndalo de enormes
proporciones. Pues eso, en gran escala, es lo que est=E1 permitiendo que
ocurra hoy el Gobierno de Venezuela". "La verdad", explica un alto mando
policial, "es que si Venezuela hiciera un m=EDnimo esfuerzo para
colaborar con la comunidad internacional, la diferencia ser=EDa enorme.
Podr=EDamos f=E1cilmente recuperar dos toneladas m=E1s de coca=EDna por
mes s=F3lo con una peque=F1a vuelta de tuerca por su parte. No lo hacen
porque hay mucha corrupci=F3n, pero tambi=E9n, y =E9ste es el motivo
m=E1s de fondo, por su actitud antiimperialista. 'Si esto les jode a los
imperialistas', piensan, '=BFc=F3mo les vamos a ayudar?'. La clave es la
voluntad pol=EDtica. Y no la hay".
Una l=F3gica similar se extiende, seg=FAn la fuente de inteligencia de
m=E1s alto rango entrevistada por EL PA=CDS, al tema de los secuestrados
de las FARC. "Si Ch=E1vez quisiera, podr=EDa forzar la liberaci=F3n de
Betancourt ma=F1ana mismo, independientemente de si est=E1 en Venezuela
o Colombia. Les dice a las FARC: 'La entregan o se acaba el juego ac=E1
en Venezuela'. La dependencia que se han creado las FARC en Venezuela es
de una dimensi=F3n tan enorme que no se podr=EDan arriesgar a decirle
que no".
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