Tinot
2003-12-15 13:27:53 UTC
Cataluña perdería un comercio de 67.000 millones con el plan soberanista de ERC
La Comunidad autónoma registra un volumen de negocio con las demás regiones que representa casi el 80% de su PIB Sectores empresariales ya han mostrado su nerviosismo
Los planes de Pasqual Maragall y Josep Lluís Carod-Rovira son sólo de momento promesas programáticas, pero alguna de ellas, como la discriminación a las empresas por el catalán, ha incrementado el nerviosismo que reinaba desde hace semanas entre el empresariado catalán. Si finalmente PSC y ERC ejecutan sus designios, pondrían en juego, ante una reacción ciudadana de boicot a los productos catalanes, un volumen de negocio con el resto de España de 67.000 millones de euros, casi el 80% del PIB catalán.
Javier Prats - Madrid.-
Si la coalición PSC-ERC-IC llevase al extremo sus planes, pondría en juego, ante una eventual reacción de boicot por parte de los consumidores, un volumen de negocio con el resto de España de 66.857 millones de euros (11,12 billones de las antiguas pesetas), el 79,7% del PIB catalán. Según el único estudio publicado sobre el comercio entre las Comunidades Autónomas españolas, cuyo autor es Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de Universidad Autónoma de Barcelona, la media de exportaciones anuales de Cataluña con el resto de España entre 1995 y 1998 fue de 6,19 billones de pesetas, con una incidencia sobre el PIB del 44,4%, mientras que el volumen de importaciones, según los mismos parámetros, fue de casi 5 billones de las antiguas pesetas, un 35,3% de su PIB.
Otra cifra relevante que define la relación comercial entre esta comunidad y el resto del Estado es el saldo exterior. Según el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), éste fue en 2000 de 5.893 millones de euros, el 84,5% de los cuales tuvo como destino el resto de España.
Por ello, una eventual batalla comercial por motivos políticos entre la Generalitat y el Gobierno, con la aparición, por ejemplo, de un hipotético boicot comercial, tendría un gran impacto para la economía catalana.
Tal y como explicó el catedrático Josep Oliver a LA RAZÓN, «una ruptura, tal y como está entrelazado el mercado español, no compensa», ya que «hay un conjunto de relaciones comerciales que se han tejiendo a lo largo de centurias, y sustituir esto tiene costes importantísimos para todos». Así, destacó que «Cataluña genera prácticamente el 30% de las compras que realizan el resto de comunidades autónomas entre sí».
«Una eventual ruptura de relaciones económicas ¬añadió¬ desballestaría mucho todo el tejido económico del conjunto de España, y por descontado el mercado catalán, porque Cataluña importa una parte muy notable de sus imputs del resto de España, precisamente para exportar al resto del mundo». A este respecto,Josep Oliver destacó que en la segunda parte de la década de los noventa, «Cataluña, especialmente, se ha hecho más dependiente del resto de España, y viceversa, porque Cataluña compra cada vez más productos al resto de España que antes, y por lo tanto el resto de España tiene Cataluña como destino económico cada vez de forma más importante».
Valencia emerge
Por toro lado, advirtió que cualquier incidencia rupturista «tendría impacto». «Cualquier ruptura de estos flujos sería efectivamente un trauma que tendría a corto plazo un impacto muy negativo sobre el nivel de vida y el nivel económico». Por último, destacó el importante crecimiento que, frente a Cataluña, ha experimentado en los últimos años la economía de la Comunidad Valenciana. Ante esta situación, empresarios catalanes con intereses en España y en el extranjero consultados por este diario se preguntaron por el efecto que tendría sobre Cataluña un constante conflicto con el Gobierno de Madrid, teniendo en cuenta que la Comunidad Valenciana sigue creciendo a buen ritmo, con nuevas infraestructuras financiadas por el Estado.
La Comunidad autónoma registra un volumen de negocio con las demás regiones que representa casi el 80% de su PIB Sectores empresariales ya han mostrado su nerviosismo
Los planes de Pasqual Maragall y Josep Lluís Carod-Rovira son sólo de momento promesas programáticas, pero alguna de ellas, como la discriminación a las empresas por el catalán, ha incrementado el nerviosismo que reinaba desde hace semanas entre el empresariado catalán. Si finalmente PSC y ERC ejecutan sus designios, pondrían en juego, ante una reacción ciudadana de boicot a los productos catalanes, un volumen de negocio con el resto de España de 67.000 millones de euros, casi el 80% del PIB catalán.
Javier Prats - Madrid.-
Si la coalición PSC-ERC-IC llevase al extremo sus planes, pondría en juego, ante una eventual reacción de boicot por parte de los consumidores, un volumen de negocio con el resto de España de 66.857 millones de euros (11,12 billones de las antiguas pesetas), el 79,7% del PIB catalán. Según el único estudio publicado sobre el comercio entre las Comunidades Autónomas españolas, cuyo autor es Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de Universidad Autónoma de Barcelona, la media de exportaciones anuales de Cataluña con el resto de España entre 1995 y 1998 fue de 6,19 billones de pesetas, con una incidencia sobre el PIB del 44,4%, mientras que el volumen de importaciones, según los mismos parámetros, fue de casi 5 billones de las antiguas pesetas, un 35,3% de su PIB.
Otra cifra relevante que define la relación comercial entre esta comunidad y el resto del Estado es el saldo exterior. Según el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), éste fue en 2000 de 5.893 millones de euros, el 84,5% de los cuales tuvo como destino el resto de España.
Por ello, una eventual batalla comercial por motivos políticos entre la Generalitat y el Gobierno, con la aparición, por ejemplo, de un hipotético boicot comercial, tendría un gran impacto para la economía catalana.
Tal y como explicó el catedrático Josep Oliver a LA RAZÓN, «una ruptura, tal y como está entrelazado el mercado español, no compensa», ya que «hay un conjunto de relaciones comerciales que se han tejiendo a lo largo de centurias, y sustituir esto tiene costes importantísimos para todos». Así, destacó que «Cataluña genera prácticamente el 30% de las compras que realizan el resto de comunidades autónomas entre sí».
«Una eventual ruptura de relaciones económicas ¬añadió¬ desballestaría mucho todo el tejido económico del conjunto de España, y por descontado el mercado catalán, porque Cataluña importa una parte muy notable de sus imputs del resto de España, precisamente para exportar al resto del mundo». A este respecto,Josep Oliver destacó que en la segunda parte de la década de los noventa, «Cataluña, especialmente, se ha hecho más dependiente del resto de España, y viceversa, porque Cataluña compra cada vez más productos al resto de España que antes, y por lo tanto el resto de España tiene Cataluña como destino económico cada vez de forma más importante».
Valencia emerge
Por toro lado, advirtió que cualquier incidencia rupturista «tendría impacto». «Cualquier ruptura de estos flujos sería efectivamente un trauma que tendría a corto plazo un impacto muy negativo sobre el nivel de vida y el nivel económico». Por último, destacó el importante crecimiento que, frente a Cataluña, ha experimentado en los últimos años la economía de la Comunidad Valenciana. Ante esta situación, empresarios catalanes con intereses en España y en el extranjero consultados por este diario se preguntaron por el efecto que tendría sobre Cataluña un constante conflicto con el Gobierno de Madrid, teniendo en cuenta que la Comunidad Valenciana sigue creciendo a buen ritmo, con nuevas infraestructuras financiadas por el Estado.