Gurriato
2005-02-06 19:32:28 UTC
NOTICIA TOMADA DE LA PRENSA:
El chihuahua adoptado
UNA FAMILIA ESPAÑOLA ACOGE EN SU CASA UN PERRO CHIHUAHUA ADOPTADO DURANTE UN
VIAJE A MÉJICO
Una familia española que viajó alegremente a Méjico a pasar unas vacaciones
pronto descubrió que por las calles de Ciudad de Méjico hay muchos perros
chihuahuas abandonados . Estos perros son nativos de este país y muy
abundantes, mientras que en el resto del mundo son mascotas muy
apreciadas.El caso es que estos perros son muy simpáticos y despiertan
sentimientos bondadosos en las personas que encuentran por la calle estos
perritos que parecen decir "Recógeme, llévame contigo a tu casa".
El hijo de esta familia encontró un cachorrito chihuahua abandonado en
mitad de la calle y que se mostró muy amistoso, juguetón y cariñoso con
toda la familia. Se dejaba acariciar, comía de la mano y pronto todos se
encapricharon de tan fantástico animal. Decidieron llevárselo a casa a la
vuelta de las vacaciones y lo escondieron unos días en la habitación el
hotel antes del regreso.
Cuando la familia llegó a su hogar en Madrid agasajaron al cachorrito de
manera principesca. Le hicieron una caseta en el jardín y le llamaron
"Cuate". Todo resultó perfecto para todos, menos para el gato de la familia,
el que, aparte de sentirse desplazado con la llegada de la nueva mascota,
tenía que velar de continuo por su seguridad personal.
Un día la familia se fue de compras al centro comercial cercano y al volver
se encontraron con una desagradable sorpresa: Cuate, su perro chihuahua,
había infligido una amputacíon casi completa de la cabeza al gato de la
casa. Todos los esfuerzos por salvarle la vida al gato fueron inútiles, como
cabía esperar dada la magnitud de la herida.
Lo que más sorprendió a la famila fue que el gato parecía como si hubiera
sido ejecutado de un zarpazo. Cuate, más que un chihuahua, parecía el
hijo bastardo y enano de un jaguar.
A los pocos días la familia de pronto descubrió que a Cuate, su perro
chihuahua, le habían crecido las garras de una manera descomunal y el
hocico se le había agrandado en los últimos días. La verdad es que se
parecía más a una rata que a otra cosa.
Cuando llevaron a Cuate al veterinario la cosa quedó clara: Resultó que
habían recogido a una rata gigante, de las muchas que pululan por las
alcantarillas y calles de Ciudad de Méjico. Una rata gigante que había
entrado en sus vidas y que había acabado con la vida de su gato.
Horrorizados pidieron al veterinario que pusiera fin a su existencia.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
EL PADRE TERESO
El chihuahua adoptado
UNA FAMILIA ESPAÑOLA ACOGE EN SU CASA UN PERRO CHIHUAHUA ADOPTADO DURANTE UN
VIAJE A MÉJICO
Una familia española que viajó alegremente a Méjico a pasar unas vacaciones
pronto descubrió que por las calles de Ciudad de Méjico hay muchos perros
chihuahuas abandonados . Estos perros son nativos de este país y muy
abundantes, mientras que en el resto del mundo son mascotas muy
apreciadas.El caso es que estos perros son muy simpáticos y despiertan
sentimientos bondadosos en las personas que encuentran por la calle estos
perritos que parecen decir "Recógeme, llévame contigo a tu casa".
El hijo de esta familia encontró un cachorrito chihuahua abandonado en
mitad de la calle y que se mostró muy amistoso, juguetón y cariñoso con
toda la familia. Se dejaba acariciar, comía de la mano y pronto todos se
encapricharon de tan fantástico animal. Decidieron llevárselo a casa a la
vuelta de las vacaciones y lo escondieron unos días en la habitación el
hotel antes del regreso.
Cuando la familia llegó a su hogar en Madrid agasajaron al cachorrito de
manera principesca. Le hicieron una caseta en el jardín y le llamaron
"Cuate". Todo resultó perfecto para todos, menos para el gato de la familia,
el que, aparte de sentirse desplazado con la llegada de la nueva mascota,
tenía que velar de continuo por su seguridad personal.
Un día la familia se fue de compras al centro comercial cercano y al volver
se encontraron con una desagradable sorpresa: Cuate, su perro chihuahua,
había infligido una amputacíon casi completa de la cabeza al gato de la
casa. Todos los esfuerzos por salvarle la vida al gato fueron inútiles, como
cabía esperar dada la magnitud de la herida.
Lo que más sorprendió a la famila fue que el gato parecía como si hubiera
sido ejecutado de un zarpazo. Cuate, más que un chihuahua, parecía el
hijo bastardo y enano de un jaguar.
A los pocos días la familia de pronto descubrió que a Cuate, su perro
chihuahua, le habían crecido las garras de una manera descomunal y el
hocico se le había agrandado en los últimos días. La verdad es que se
parecía más a una rata que a otra cosa.
Cuando llevaron a Cuate al veterinario la cosa quedó clara: Resultó que
habían recogido a una rata gigante, de las muchas que pululan por las
alcantarillas y calles de Ciudad de Méjico. Una rata gigante que había
entrado en sus vidas y que había acabado con la vida de su gato.
Horrorizados pidieron al veterinario que pusiera fin a su existencia.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
EL PADRE TERESO