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(OT) Roberto Esteban Duque: El maltrato indirecto hacia los hijos de Juana Rivas
(demasiado antiguo para responder)
Otro
2017-08-28 11:40:57 UTC
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Roberto Esteban Duque:
El maltrato indirecto hacia los hijos de Juana Rivas
Opinión / 27 Agosto, 2017

https://gaceta.es/opinion/maltrato-indirecto-hacia-los-hijos-juana-rivas-20170827-1054/

Hay algo importante, desde el punto de vista psicológico, en el caso de
Juana Rivas, silenciado en buena medida por los diferentes medios de
comunicación. Se trata del nada despreciable maltrato indirecto infligido a
los hijos como consecuencia del maltrato recibido por ella según consta en
su primera denuncia hacia su expareja, Francesco Arcuri, en el año 2009.
Cuando se producen esos maltratos sólo tienen un hijo de apenas tres años,
pero en el año 2016, ya con diez años el hijo mayor y un segundo niño recién
nacido, las consecuencias negativas de los supuestos y persistentes malos
tratos pesarán en la vida, sobre todo, del hijo mayor.

El primer principio ético ante el maltrato es que toda persona humana tiene
derecho a ser considerada como fin en sí misma. Se hace complicado pensar
que un maltratador, con un carácter “duro y celoso”, pueda ejercer la
responsabilidad de la “patria potestad”, de educar a unos hijos como
conviene. Pero resulta también espinoso no advertir que los hijos puedan ser
utilizados, como hace Juana Rivas al retenerlos, perniciosamente asesorada
por Francisca Granados, imputada como inductora del delito de sustracción de
menores, y la psicóloga Teresa Sanz, agravando así al menos potencialmente
el sufrimiento de los menores. Tampoco conviene, en fin, olvidar que el
maltrato de Arcuri hacia Rivas puede transformarse en maltrato de Rivas
hacia sus hijos.

Por otro lado, valorando el principio de justicia o de equidad, según el
cual todas las personas humanas tienen el derecho a ser consideradas con
igual dignidad, los niños no pertenecen a sus padres como si fueran una
propiedad suya, sino que a ellos les corresponde la capacidad de ser
custodios provisorios. Juana Rivas vulnera dicho principio cuando secuestra
a sus hijos, negándose a la entrega inmediata de los menores al padre al
incurrir en sustracción internacional de menores. Un determinado curso de
acción como secuestrar a los niños resulta siempre inaceptable frente a
cualquier otro camino abierto más oportuno. Rivas, lejos de reconocer la
realidad prefirió desconectarse de ella y proyectó sus deseos y emotividad
personal sobre sus propios hijos. Pretender resolver un conflicto desde las
decisiones autónomas y subjetivas resulta una cuestionable imposición
incapaz de respetar la realidad de las cosas.



Juana Rivas desobedece a la autoridad judicial y persevera en la retención
ilícita de menores: ¿está justificado que haga lo que quiera con sus hijos y
pueda ejercitar la patria potestad, o es normal que se exponga con semejante
comportamiento irresponsable a quedar inhabilitada para desplegar esa
responsabilidad con las repercusiones psicológicas negativas para los niños
que supone el estar un mes en paradero desconocido? Por su parte, ¿está
capacitado Francesco Arcudi para la patria potestad, o la supuesta violencia
de género hacia Rivas y sus amenazas de “arruinarle la vida con abogados” si
ella lo abandona constituyen una significativa imposibilidad para que los
niños puedan alcanzar su autonomía y libertad, así como una capacidad de
adaptación a la sociedad cada vez más complicada en la insólita condición de
prófugos?

Existe un orden de precedencia entre los valores implicados en una
determinada situación. El objetivo fundamental es adoptar medidas judiciales
para garantizar la protección de los menores. El juez italiano, cuya
competencia es insustituible, deberá decidir siempre en beneficio de los
menores. Corresponde ahora a los tribunales italianos pronunciarse sobre la
patria potestad. Incluso la demorada restitución agrava sustancialmente los
sentimientos encontrados de los menores hacia su padre.

Pero cuidado, al Derecho sólo le interesa la dimensión externa de la acción
humana, la buena ciudadanía, la paz, el bien común. La Ética va mucho más
allá, aspira al bien, concediendo gran importancia a lo que queda fuera del
Derecho, a la intención, a los deberes de conciencia, convirtiéndose en una
guía para descubrir el bien. Todo cuanto se haga velando por el bien de los
niños, más allá del Derecho, será poco cuando se avecinan demasiados
peligros para los menores.



Así lo pronostican los psicólogos: los niños sufrirán ansiedad, angustia y
confusión. Pero no sólo eso, sino que las consecuencias se verán empeoradas
por cuadros depresivos y bajo nivel de autoestima, excesiva impulsividad y
ausencia racional para gestionar las consecuencias de los actos,
intolerancia ante la frustración, o difícil empatía hacia los demás niños
ante quienes se sentirán especialmente diferentes. El bien de los menores
comienza el próximo lunes, cuando Juana Rivas entregue a sus hijos en un
determinado punto de mediación familiar. En la consideración del fin (el
bien de los hijos), no parece haber acertado con los medios utilizados.
GRUÑhONdaCBR
2017-08-29 11:57:03 UTC
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en artículo expuesto en la ñus por Gruñón en su peazo Pogüermá dijo con su
Post by Otro
El maltrato indirecto hacia los hijos de Juana Rivas
Opinión / 27 Agosto, 2017
https://gaceta.es/opinion/maltrato-indirecto-hacia-los-hijos-juana-rivas-20170
827-1054/
Hay algo importante, desde el punto de vista psicológico, en el caso de
Juana Rivas, silenciado en buena medida por los diferentes medios de
comunicación. Se trata del nada despreciable maltrato indirecto infligido a
los hijos como consecuencia del maltrato recibido por ella según consta en
su primera denuncia hacia su expareja, Francesco Arcuri, en el año 2009.
Cuando se producen esos maltratos sólo tienen un hijo de apenas tres años,
pero en el año 2016, ya con diez años el hijo mayor y un segundo niño recién
nacido, las consecuencias negativas de los supuestos y persistentes malos
tratos pesarán en la vida, sobre todo, del hijo mayor.
El primer principio ético ante el maltrato es que toda persona humana tiene
derecho a ser considerada como fin en sí misma. Se hace complicado pensar
que un maltratador, con un carácter ³duro y celoso², pueda ejercer la
responsabilidad de la ³patria potestad², de educar a unos hijos como
conviene. Pero resulta también espinoso no advertir que los hijos puedan ser
utilizados, como hace Juana Rivas al retenerlos, perniciosamente asesorada
por Francisca Granados, imputada como inductora del delito de sustracción de
menores, y la psicóloga Teresa Sanz, agravando así al menos potencialmente
el sufrimiento de los menores. Tampoco conviene, en fin, olvidar que el
maltrato de Arcuri hacia Rivas puede transformarse en maltrato de Rivas
hacia sus hijos.
Por otro lado, valorando el principio de justicia o de equidad, según el
cual todas las personas humanas tienen el derecho a ser consideradas con
igual dignidad, los niños no pertenecen a sus padres como si fueran una
propiedad suya, sino que a ellos les corresponde la capacidad de ser
custodios provisorios. Juana Rivas vulnera dicho principio cuando secuestra
a sus hijos, negándose a la entrega inmediata de los menores al padre al
incurrir en sustracción internacional de menores. Un determinado curso de
acción como secuestrar a los niños resulta siempre inaceptable frente a
cualquier otro camino abierto más oportuno. Rivas, lejos de reconocer la
realidad prefirió desconectarse de ella y proyectó sus deseos y emotividad
personal sobre sus propios hijos. Pretender resolver un conflicto desde las
decisiones autónomas y subjetivas resulta una cuestionable imposición
incapaz de respetar la realidad de las cosas.
Juana Rivas desobedece a la autoridad judicial y persevera en la retención
ilícita de menores: ¿está justificado que haga lo que quiera con sus hijos y
pueda ejercitar la patria potestad, o es normal que se exponga con semejante
comportamiento irresponsable a quedar inhabilitada para desplegar esa
responsabilidad con las repercusiones psicológicas negativas para los niños
que supone el estar un mes en paradero desconocido? Por su parte, ¿está
capacitado Francesco Arcudi para la patria potestad, o la supuesta violencia
de género hacia Rivas y sus amenazas de ³arruinarle la vida con abogados² si
ella lo abandona constituyen una significativa imposibilidad para que los
niños puedan alcanzar su autonomía y libertad, así como una capacidad de
adaptación a la sociedad cada vez más complicada en la insólita condición de
prófugos?
Existe un orden de precedencia entre los valores implicados en una
determinada situación. El objetivo fundamental es adoptar medidas judiciales
para garantizar la protección de los menores. El juez italiano, cuya
competencia es insustituible, deberá decidir siempre en beneficio de los
menores. Corresponde ahora a los tribunales italianos pronunciarse sobre la
patria potestad. Incluso la demorada restitución agrava sustancialmente los
sentimientos encontrados de los menores hacia su padre.
Pero cuidado, al Derecho sólo le interesa la dimensión externa de la acción
humana, la buena ciudadanía, la paz, el bien común. La Ética va mucho más
allá, aspira al bien, concediendo gran importancia a lo que queda fuera del
Derecho, a la intención, a los deberes de conciencia, convirtiéndose en una
guía para descubrir el bien. Todo cuanto se haga velando por el bien de los
niños, más allá del Derecho, será poco cuando se avecinan demasiados
peligros para los menores.
Así lo pronostican los psicólogos: los niños sufrirán ansiedad, angustia y
confusión. Pero no sólo eso, sino que las consecuencias se verán empeoradas
por cuadros depresivos y bajo nivel de autoestima, excesiva impulsividad y
ausencia racional para gestionar las consecuencias de los actos,
intolerancia ante la frustración, o difícil empatía hacia los demás niños
ante quienes se sentirán especialmente diferentes. El bien de los menores
comienza el próximo lunes, cuando Juana Rivas entregue a sus hijos en un
determinado punto de mediación familiar. En la consideración del fin (el
bien de los hijos), no parece haber acertado con los medios utilizados.
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